RUTA DEL RÍO PERDIDO

SEGUNDA PARTE

Hipopótamos, Ruta del Río Perdido

Ruta del Río Perdido

Buenas tardes queridos lectores. Hoy continuamos con la segunda parte del viaje a Bostwana y la Ruta del Río Perdido.

Si os perdísteis la primera parte podéis verla AQUÍ. También podéis seguirnos en Instagram en @LuisFotoNature.

Retomamos aquí nuestras peripecias por el Delta del Okavango.

El Houseboat es como un barco del Mississippi en miniatura con un pasillo estrecho rodeando el barco. Se encuentran anclados en los canales del delta, utilizándose como hoteles.

Nada más acomodarnos al amigo Paco solo se le ocurre imitar a un elefante (hay que reconocer que lo hace muy bien, levantando el brazo como si fuera la trompa y todo) y un par de señoras del viaje, que estaban entusiasmadas con los elefantes, salieron corriendo de su habitación pensando que había elefante a la vista y estuvieron a punto de acabar en el canal del Okavango, ya que la barandilla no era muy alta y su habitación daba al canal, no a la orilla. La mirada que le dedicaron a Paco es de las que asustan.

Vamos que casi empezamos con ¡Mujeres al agua!

Cumpleaños de Pepe

Pepe (más conocido como Pupilis cegatus) es un especimen del género humanus idiotis, que acompaña al Fotógrafo en todas sus aventuras (excepto si es para repetir destino). Desde la organización nos gustaría desearle un feliz cumpleaños (con unos cuantos años de retraso).

Como ya comenté en el post anterior, el viaje coincidía con el cumpleaños de Pepe y decidimos darle esa noche una fiesta sorpresa. Pero la sorpresa nos la dieron las termitas.

Las termitas voladoras salen por la noche para colonizar otros lugares e iniciar una nueva colonia. Lo que pasa es que no tienen sentido de la moderación y salen a miles, creando una auténtica nube inmensa que se mete por todos sitios.

Así que mientras estábamos celebrando el cumpleaños (era tan grande la alegría por parte de Pepe que no tenía palabras para expresarse) empezaron a aparecer las termitas voladoras. Cayeron en toda la comida y bebida, por supuesto, y ni siquiera podías hablar por si alguna se te metía en la boca buscando algo que colonizar ahí.

Pero lo mejor de todo fue cuando apagamos las luces y trajeron la tarta; supusimos que era la tarta, pues estaba tan cubierta de termitas pegadas que no se veía y por mucho que las quitabas, aparecían más.

Al final, después de pelearnos con ellas un buen rato, pudimos disfrutar de la fiesta y compartir unos buenos momentos.

Termitas

Avioneta

Al día siguiente recogimos los bártulos y nos dirigimos hacia el aeródromo para coger una avioneta en la que cruzaríamos todo el delta y nos trasladaría a Maun, principal localidad del delta y donde nos esperaba el camión para realizar el resto del viaje.

Era la primera vez que iba a montar en avioneta y me apetecía mucho poder observar todo el espectáculo de la fauna desde las alturas y la verdad es que no defraudó en absoluto.

Las vistas desde las alturas son magníficas y puedes observar las grandes manadas de animales (elefantes, búfalos) moviéndose por las planicies y las formas que va dejando el agua en el terreno: pozas, canales. También se ven perfectamente los caminos que hacen los diferentes animales en su deambular por el delta.

Ya sé que lo he dicho ya varias veces, pero es una experiencia que hay que realizar. La verdad es que este viaje estuvo repleto de experiencias absolutamente increíbles.

Acampada en el Delta

Al llegar a Maun nos encontramos con nuestro camión y con Johnny, nuestro guía que era como Frank de la Jungla, pero de verdad.

Lo siguiente iban a ser unos días de acampada libre en una de las islas del delta.

Para navegar por el delta y llegar a las diferentes islas se utilizan unas barcas, denominadas mokoros, en los que los turistas van sufriendo recostados mientras uno de los lugareños va disfrutando y remando con una pértiga (como en Venecia) que es lo que más les gusta. En uno de los mokoros íbamos Paco y yo y el pobre botsuano que nos llevó pidió la jubilación en cuanto acabó el viaje.

Como la capacidad de los mokoros es limitada, nos llevamos lo imprescindible, dejando el resto del equipaje en un poblado.

Campamento Delta del Okavango

La experiencia es increíble y la sensación de ir a ras de agua avistando la fauna que va saliendo a tu paso es de lo mejor que se puede experimentar.

Nada más instalar las tiendas nos dispusimos a disfrutar de las comodidades del lugar como se puede ver en el baño completo que teníamos a nuestra disposición.

Además del retrete, suelen montar una ducha, calientan agua y te la echas por encima; la verdad es que es algo totalmente innecesario y no pasa nada por no ducharse en dos días, sobre todo si estás en medio de la sabana. Lo que sí que no es muy aconsejable es salir por la noche al baño, ya que los animales pululan alrededor y puedes tener un mal encuentro. Así que a hacer pis antes de acostarse y a aguantarse toca hasta que amanece.

Retrete Delta del Okavango

Fue una estancia de lo más entretenida. El primer día hubo una tormenta brutal; bueno más bien unas cuantas tormentas, pues se veían tormentas por todos los lados, aunque en el campamento no cayó ni una gota.

También hicimos una caminata andando para ver fauna y, aunque no vimos a ninguno de los grandes de África (casi un alivio), sí que avistamos grupos de cebras y antílopes varios. Como se ve en la foto el guía no iba armado, así que no debía haber mucho peligro o sabía que no iba a ser el menos rápido.

Cebra
Cebra
Caminata Bostwana

Salida en Mokoro
por los canales.

Lo mejor de la estancia fue una salida que hicimos en mokoro por los canales de alrededor para ver el anochecer.

Lo más impresionante fue cuando localizamos un grupo grande de hipopótamos. El macho dominante se puso a hacer diversas demostraciones de poderío, saliendo del agua y abriendo la boquita. Los guías decían que el peligro de los hipopótamos es cuando no los ves, se acercan por debajo del agua (pueden bucear bastante tiempo) y hunden las barcas si piensan que estás poniendo en peligro a su manada (aunque no lo parezca, es el animal que causa más muertes en África). En este caso nos dijeron que había una separación entre la laguna donde estaban los hipopótamos y nosotros y que no había peligro. De todas formas, si llega a empezar a correr hacia nosotros habría sido divertido. Ver venir hacia ti a un animal que pesa unos 1.500 kilos a una velocidad de cerca de 50 kms/h no debe ser agradable de experimentar, sobre todo porque no creo que el mokorero pueda remar más deprisa.

Mokoro ligero, Bostwana
Mokoro ligero por los canales
Ruta del Río Perdido
Hipopótamos, Ruta del Río Perdido
Hipopotamos
Hipopotamos, Delta del Okavango
Hipopotamo. Delta del Okavango

Después de la experiencia de los hipopótamos (descarga de adrenalina total) y de que Paco estuviese a punto de volcar nuestro mokoro al levantarse para ver a un elefante en la lejanía, nos aprestamos a ver el anochecer.

Fue uno de los anocheceres más bonitos que he vivido; estábamos tumbados en nuestros mokoros, totalmente en silencio y escuchando solo los ruidos de la naturaleza y ésta se mostró en todo su esplendor. Creo que con las fotografías no hace falta explicar mucho más.

Anochecer Delta del Okavango
Delta del Okavango
Delta del Okavango

Al día siguiente nos tocaba irnos, pero antes de salir del delta hicimos una parada en una playita para darnos un bañito. Buena despedida para nuestra estancia en el Delta del Okavango, la Ruta del Río Perdido.

Playa Bostwana, Río Perdido

Vuelta al Poblado

Cuando llegamos al poblado donde habíamos dejado el equipaje nos llevamos la grata sorpresa de que las tormentas (allí sí que había llovido bien) habían inundado la casa donde habíamos dejado toda nuestra ropa y había quedado hecha un asco, pero se lavó como se pudo y nos dirigimos hacia nuestro nuevo destino en la reserva de Moremi ya en un par de todoterrenos y con nuestro guía Geyper Man, digo Johnny, pero esto ya lo contaré la próxima semana.

Espero que os haya gustado y que os hayan entrado unas ganas tremendas de visitar el Delta del Okavango, a mí escribiéndolo me ha traído buenísimos recuerdos y unas ganas tremendas de volver a África.

 

Delta del Okavango

Delta del Okavango
Delta del Okavango
Delta del Okavango
Delta del Okavango
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Torero
Torero
2 years ago

Muy interesante y feliz cumpleaños Pupilis.

Jose Felix Alvarez Sanz
Jose Felix Alvarez Sanz
2 years ago
Reply to  Torero

Gracias José. Tengo fotos mejores que esa créeme. Pero he de reconocer que fue un detalle y además no me lo esperaba.