RAPA NUI

Rapa Nui

Hola de nuevo queridos lectores. Después de nuestro paso por el Salar de Atacama y las Llanuras Altiplánicas, nos tocó descansar, dar un paseo por el pueblo y seguir dedicándonos al conocimiento de la gastronomía local, muy ligada a los camélidos de la zona: vicuña y llama.

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RAPA NUI

Rapa Nui, más conocida como Isla de Pascua por la época en la que se descubrió, es una de las islas habitadas más aisladas del mundo. No se encuentra ningún terreno habitado por seres humanos en miles de kilómetros a la redonda.

El origen es volcánico, estando presentes varios volcanes extintos utilizados como cantera para obtener las piedras para construir. Su tamaño es menor que una tercera parte de Ibiza, pertenece geográficamente a la Polinesia y administrativamente es territorio chileno.

Toda la isla es un gran misterio, tanto el origen de sus pobladores iniciales, como la forma en que llegaron como el fatal desenlace de toda una civilización.

ORONGO
TAHAI

Según la teoría más aceptada los iniciales pobladores llegaron desde la zona de Sudamérica (hay una cierta similitud entre algunas construcciones incas de Perú y las de Rapa Nui), pero no está claro si sabían que estaba allí o llegaron por casualidad (cosa bastante complicada de aceptar si se ve un mapa del Océano Pacífico). Lo que es cierto es que los moáis (enormes figuras humanas de piedra típicas de la isla y de las que hablaré más adelante) por los que todos los visitantes van a Rapa Nui, siempre están mirando hacia el interior de la isla, excepto un grupo que mira hacia el mar (Ahu Akivi). Este grupo es de los más antiguos y mira hacia Sudamérica, lo que podría indicar un homenaje a los primeros visitantes y a su origen.

También es cierto que los rasgos de los habitantes primigenios son típicamente maoríes, lo que implicaría que después de salir del sudeste asiático, pasar por la zona de Hawaii y hacer una escala en Sudamérica, llegaron a Rapa Nui. Grandioso periplo para hacerlo con los métodos de la época o para que fuera por casualidad, por lo que lo más normal es que se tuviera noticia de la existencia de la isla previamente a su llegada y que, por determinadas circunstancias (huida de una lucha entre facciones, búsqueda de nuevos territorios), llegasen allí. Además, no es que llegase una partida de caza y se quedase allí, pues para procrear y evolucionar tuvieron que llegar grupos completos con diferentes miembros, lo que indica cierta intención de llegar a propósito a la isla.

Todo es bastante complicado, pues no han quedado testimonios escritos de la civilización que habitó la isla, y que se complica más tras conocer el devenir y el final de su historia.

MOÁIS

Los moáis son grandes figuras antropomorfas pétreas que se excavaron en las canteras situadas en las laderas de los volcanes y se trasladaron a distintos puntos de la isla para colocarlas sobre plataformas, bien en solitario bien en grupos de varios elementos.

Actualmente solo unas pocas tienen restos de decoración (ojos, dibujos) pero sí que se ve que estaban decoradas profusamente en el pasado.

Otra de las características de los moáis es lo que parecen ser sombreros (quedan algunos colocados sobre ellos, aunque se encontraron derribados y se han vuelto a colocar posteriormente) pero en realidad simula el peinado de la época. Es curioso que para construir estas pelucas se utilizara un tipo de roca de color rojo, procedente de otra cantera diferente.

Tongariki, Isla de Pascua

Como comenté antes, el grupo inicial parece ser el localizado en Ahu Akivi que mira hacia el mar. Posteriormente, según iban sucediéndose los gobernantes y los clanes dominantes se fueron derribando los anteriores, construyendo moáis cada vez más grandes, grupos más numerosos y agotando poco a poco todos los recursos de la isla.

Para realizar todos estos trabajos se necesitaban grandes cantidades de madera, por lo que la vegetación fue desapareciendo, los recursos cada vez fueron menores hasta que llegó el momento en que ya no había suficientes para permitir la vida en la isla, la civilización que allí había prosperado colapsó y debieron emigrar, dejando un terreno pelado en el parecía que solo habían crecido los moáis, testigos mudos de la sinrazón de unos habitantes que se terminaron deglutiendo a sí mismos por sus ansias de poder y dominio sobre el resto de sus compatriotas.

Ahu Akivi
Ahu Akivi
Ahu Akivi
Ahu Akivi
Ahu Tepeu
Ahu Tepeu

Aunque parezca que ha pasado hace mucho tiempo, no nos puede de dejar de ser conocida la historia y a veces no estamos muy lejos de que se repita otra vez.

Nuestra visita a la isla duró tres días (tiempo de sobra para recorrerla entera), durante los cuales visitamos todos los grupos importantes de moáis:

  • Ahu Tepeu
  • Akahanga junto a uno de los poblados de los que quedan restos.
  • Anakena
  • Huri a Urenga, que parece representar a una mujer embarazada con las manos sobre el vientre.
  • Tongariki, el más númeroso con 15 figuras y seguramente el más famoso
Rano Raraku
Rano Raraku
Tongariki
Tongariki
Huri a Urenga
Huri a Urenga
LuisFotoNature
Luisiriki
Tongariki
Tongariki

La cantera/volcán Rano Raraku, donde se pueden ver múltiples figuras a medio construir y parcialmente aún enterradas en sus laderas. Incluso un moái inmenso que se rompió antes de terminarlo y allí se quedó como testigo mudo de la forma de extraer y tallar las figuras.

El cráter Rano Kau, junto al poblado Orongo desde donde se realizaba una competición a nado hasta una isla cercana para determinar al nuevo clan gobernante.

Vimos preciosos atardeceres cerca de la capital Hanga Roa y en el grupo de moáis Tahai (aquí está el moai al que han colocado unos ojos similares a los que debieron tener en su momento) junto con una multitud que se agrupa todas las noches para ver el espectáculo del sol poniéndose por detrás de los moáis.

Y nos pusimos las botas con los ceviches y los piscos.

Rano Raraku
Rano Raraku
Hanga Roa
Hanga Roa
Tahai
Tahai
Volcán Rano Raraku
Volcán Rano Raraku

Una de las veces que estábamos sufriendo de verdad en la terraza de un restaurante sobre el mar, divisamos una curiosa tortuga que se asomaba para ver si algún pisco se nos escapaba. Como somos muy civilizados y conocemos eso de no dar de comer a los animales, nos pudimos compartirlos con ella.

También vimos bastante fauna aérea: tiuque, diuca y una espectacular ave del Pacífico de cola roja. Al ser una isla tan aislada no hay fauna terrestre, si exceptuamos la llevada por los seres humanos y por suerte está totalmente controlada para que no ataque a la fauna autóctona o visitante (el tiuque viene de visita desde Chile, pero por sus propios medios).

Es una isla que está muy lejos de todo e ir exclusivamente a visitarla, igual es un poco excesivo, pero si estás en Chile (está relativamente cerca a solo 5 horas de vuelo) merece la pena, y mucho, dar el salto y pasar unos días en esta curiosa e interesante isla. Lo que se ve allí no se puede ver en ninguna otra parte del mundo.

Tortuga verde
Tortuga verde
Tiuque
Tiuque
LuisFotoNature, Rapa Nui

Ya solo nos quedaba volver a Santiago y de regreso a España. Para despedirnos fuimos a nuestro restaurante favorito a tomarnos un último ceviche y algún pisco sour. A la amable camarera se le ocurrió ofrecernos el de tamaño grande, del cual tomamos dos y para rematar nos invitó a otro pequeño; el resultado fue que no nos acordamos bien de cómo volvimos al hotel.

Buena despedida de este magnífico país del que cuando te vas te quedas con la sensación de que hay muchísimas cosas que se te han quedado por ver y al que hay que volver. Ya lo haré con más tiempo y sin prisas.

Aquí acabo este nuevo post, espero veros pronto con un nuevo viaje y otro destino, que este ya lo he acabado.

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