LAS LUCES DEL NORTE

SEGUNDA PARTE

Las luces del norte

Buenos días queridos lectores. Hoy continuamos con el paso del Fotógrafo por la Laponia Sueca, y veremos por fin las famosas Auroras Boreales (también conocidas como Luces del Norte) y a un par de alces muy simpáticos. 

Recordad que podéis seguirnos en la cuenta de @LuisFotoNature para enteraros de cuando se suben los nuevos post. Esperamos que os guste.

A la mañana siguiente tocaba irnos hacia Kiruna ya dentro de la Laponia sueca, donde pasaríamos los siguientes días y con la esperanza y el nerviosismo de poder contemplar en su plenitud las Luces del Norte.

Kiruna

Kiruna es una ciudad que ha vivido siempre de la minería de hierro, y a las afueras se ve una inmensa mina a cielo abierto. Debido todo el tiempo que se lleva explotando se ha acercado mucho a la ciudad y, para poder seguir viviendo de algo, se ha decidido mover la ciudad entera a una nueva localización; ¡será por dinero!

El día amaneció espléndido, soleado, frío y sin nubes en el horizonte. En el camino íbamos a pasar por el parque nacional Stora Sjöfallets que, según Roberto, era una maravilla.

Según nos íbamos acercando el cielo empezó a nublarse y en unos pocos minutos empezó a caer una nevada del copón; la visibilidad era nula y, ante la perspectiva de quedarnos atrapados y de no ver nada del parque, decidimos dar media vuelta, dejar la visita para la vuelta y buscar un plan alternativo. A pesar de ello los lugareños seguían hacia delante como si fuesen a la playa. Este plan nos dirigió hacia Jukkasjärvi para visitar una exposición sami y el hotel de hielo.

Amanecer Jukkasjärvi
Jukkasjärvi
Jukkasjärvi

Luego fuimos al Icehotel y, como habréis adivinado los que me conocéis, yo no entré y me conformé con verlo por fuera. Tiene habitaciones diseñadas por artistas locales que cada año, con el verano, se deshacen y hay que volver a hacerlas. Vamos como el cuento de nunca acabar.

Tras nuestras experiencias en Jukkasjärvi nos fuimos al hotel a cenar y a prepararnos para nuestra primera noche en busca de las auroras. Cuando estamos cenando (a las 18,30 que luego se hace tarde) vienen los graciosos de Roberto y Sele y nos dicen que la actividad de las auroras ha aumentado mucho y que nos vamos ya, así que terminamos de cenar como los pavos y a correr.

Jukkasjärvi iglesia
Jukkasjärvi iglesia

Las Luces del Norte.

Según llegábamos al lago Alttajärvi (los que sois perspicaces ya os habréis dado cuenta de que Järvi significa lago, así que para no ser redundante quitaré la palabra lago de delante de los nombres) empezamos a ver actividad, aunque no era muy fuerte. Al llegar al lago no nos dio tiempo ni de preparar bien la cámara pues aparecieron enseguida las Luces del Norte y tuve que prepararlo todo deprisa y corriendo. El espectáculo que nos dieron fue impresionante: empezaron unas pocas líneas que empezaban a ascender en el cielo, después fueron creciendo, cruzando todo el cielo, se fragmentaban, volvían a unirse, de las líneas principales caían como velos hacia el suelo, giraban sobre sí mismas. La verdad es que fue un espectáculo absolutamente impresionante y es algo que te deja boquiabierto y muy impactado. A veces hasta se me olvidaba volver a apretar el disparador, absorto como estaba observándolas.

Las luces del norte
Las luces del norte
Las luces del norte

Hacer fotos de auroras a priori no es complicado; necesitas un trípode, enfocas manualmente al infinito, pones la máxima apertura y una velocidad de 8 o 10 segundos. Lo complicado es hacer esto en total oscuridad, sin utilizar mucho la linterna para no molestar a los demás y con el trípode asentado sobre la nieve, teniendo que volver a ajustarlo cada vez que cambias de sitio para que no se hunda y esté equilibrado.

En fin, da tiempo a disfrutarlas y a hacer fotos, pues entre toma y toma tienes tiempo de observarlas, mientras la cámara dispara y procesa. A veces hay que olvidarse un poco de mirar a través de la cámara y disfrutar del espectáculo.

Después de un par de horas se empezó a nublar y nos fuimos para el hotel, aún con la emoción del espectáculo vivido, pero sin poder celebrarlo como se merecía con unas buenas cervezas (el hotel estaba en el piso de arriba de un pub irlandés) pues cerraban todo a las 20:00 (como debe ser a cenar prontito y a las 21:00 en la cama).

Abisko.

Al día siguiente salimos hacia Abisko. La carretera, como casi siempre, va paralela a un lago inmenso (y cuando se acaba empieza otro) en el que la nieve, el hielo, las nubes, el sol, los árboles y las montañas crean unos paisajes impresionantes, sobre todo para los que vivimos en zonas más cálidas donde una tormentita de nada como Filomena, nos bloquea totalmente.

En el camino también pudimos ver, esta vez de verdad, un alce hembra con su cría que nos observaban tranquilamente desde la distancia, aunque la cría se retiró prudentemente entre los árboles.

Abisko está considerada como la capital de las auroras suecas, por las condiciones atmosféricas se suelen ver muy bien (en esta ocasión la nubosidad no era la habitual y no se veían allí y sí en otras zonas donde normalmente se ven peor), hay un centro de interpretación en la cima de una montaña a la que se sube en teleférico y un observatorio.

Abisko, Suecia

La zona es muy bonita con un montón de rutas a lo largo del parque nacional y del río que lo recorre, pero las condiciones meteorológicas no aconsejaban hacer una ruta muy larga y realizamos una cortita. El río está encajonado (literalmente) en un cañón con multitud de cascadas heladas, paredones de hielo y piedra y árboles fantasmagóricos, incluso algún visitante más atrevido haciendo escalada en el hielo.

Después de comer seguimos el camino hacia la frontera noruega continuando con los paisajes espectaculares. Al final vimos un par de manadas de renos bastante grandes. Los renos ya no son totalmente salvajes en Escandinavia y siempre pertenecen a algún pastor, que siempre son samis (los únicos que pueden poseer rebaños de renos). De todas formas, se mueven en libertad durante la mayor parte del año y solo los recogen en invierno cuando las condiciones son muy duras.

Abisko, Suecia
Abisko, Suecia
Alce
Alce
Reno

Cuando volvíamos hacia Kiruna el tiempo volvió a portarse bien con nosotros y durante unos instantes nos permitió observar Lapporten, un valle en forma de U perfecta que forman dos montañas en la senda Kungsleden que recorre gran parte de Laponia. Si os atrevéis a hacerlo, sabed que es muy sencillo; solo tienes que llevar comida, material, tienda y demás para siete días y con un tiempo muy estable y poco cambiante.

Abisko
Pared de hielo Abisko

Las Luces del Norte (Otra vez).

Esa tarde fuimos a Jukkasjärvi para ver las auroras. Empezó de una forma muy distinta al día anterior, solo una línea hacia arriba desde los árboles, pero en breve empezó a girar sobre sí misma recreando una hélice, posteriormente se separó en dos fragmentos que formaron lo que se denomina una corona y después se rompió formando un Ave Fénix o Dragón.

Otra vez con la boca abierta y no pudiendo cerrarla, totalmente ensimismados con el espectáculo.

Aurora Boreal

Las nubes, que nos habían dado unos buenos contrastes, cubrieron totalmente el cielo y nos fuimos a buscarlas a otro lado. No tuvimos que ir muy lejos, pues según salíamos de Jukkasjärvi las vimos a nuestra derecha, así que, poderoso giro de cintura del conductor para meternos por un camino donde paramos en medio, ya que nadie iba a venir a molestarnos que los suecos son muy respetuosos (apareció un coche, pero después de vernos la cara decidió dar media vuelta).

Otro espectáculo muy distinto, sobre todo con el contraste de los árboles cercanos y las nubes que cubrían parcialmente el cielo. Las nubes siguieron avanzando y, tras comprobar que estaba ya nublado por todos sitios, nos retiramos al hotel.

Había sido otra noche de espectáculo apasionante, totalmente distinto al del día anterior pero igual de intenso.

Aurora Boreal
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Brujabr
Brujabr
3 years ago

Verdaderamente impresionante el artículo. Bravo por el escritor!