LA ANTÁRTIDA
Hola otra vez, queridos lectores. Voy a ver si avanzo algo con mis posts, que llevo mucho retraso y se cercan nuevos viajes y nuevas experiencias para compartir con vosotros.
Uno de los destinos más remotos, difíciles de acceder y que ofrecen una mayor dosis de aventura y misterio es La Antártida.
Antes de empezar con mi viaje a este continente, voy a contaros algunas cosas que merecen la pena conocerse.
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TAMAÑO
La Antártida es un continente con un tamaño de 12,3 millones de kilómetros cuadrados; esta cifra en sí no nos dice mucho y por eso la vamos a comparar con el continente que más conocemos y que tiene un tamaño más parecido, Europa.
Si consideramos la concepción antigua de los continentes y que Europa termina en los Urales (es decir, Rusia pertenece a Europa, aunque no el resto de las repúblicas soviéticas) y teniendo en cuenta la actual división de la antigua Unión Soviética en diversos países, pues La Antártida sería más pequeña que Europa (unos 20 millones de kilómetros cuadrados), quedando solo como continente más pequeño Oceanía.
Actualmente hay una tendencia a no considerar a Rusia como Europa, aunque sí a algunos países que se han desgajado de la gran mole que era la Unión Soviética, como pueden ser Bielorrusia, Ucrania, Letonia, Lituania y Estonia. Con esta concepción, Europa pasaría a tener unos 10 millones de kilómetros cuadrados y por detrás de La Antártida en la lista de tamaños.
No es que tenga mayor importancia, pero es bueno conocerlo; a pesar de ello es la mayor superficie helada y sin casi vegetación que existe en nuestro amado planeta. Además, aunque no lo parezca por la gran cantidad de hielo y nieve que lo cubre, es el continente en el que se producen menos precipitaciones, considerándose algunas de sus zonas como desiertos por la baja precipitación que reciben al año, y esto, como ya sabéis que sois muy listicos, es lo que define un desierto.
El punto más cercano del resto de continentes es la península de Magallanes en el Sur de Sudamérica. Si bien la parte más al sur, y por lo tanto más cercana a La Antártida, pertenece a Chile la ciudad más al sur y cercana a La Antártida es Ushuaia, que es de donde salen los barcos que te acercan al continente helado. Pero esto es otra historia y la contaré más adelante.
Los otros puntos más cercanos en otros continentes son: Sudáfrica en África, Ceilán o Sri Lanka en Asia, Tasmania en Australia y la Isla Sur de Nueva Zelanda. Desde estos puntos también se puede acceder en barco, pero el viaje dura, en el mejor de los casos, más del doble que desde Ushuaia.
CLIMA
El clima de La Antártida es muy frío y seco y viene condicionado por unos vientos muy fuertes que se producen por la diferencia de temperaturas y la ausencia de obstáculos, desde las cimas de las montañas en las que se originan y el extremo del continente, que encuentran en su camino y que se denominan vientos Catabáticos. Aunque no son exclusivos de La Antártida, sí que es aquí donde se producen con mayor frecuencia y virulencia, pudiendo superar fácilmente los 100 kilómetros por hora.
DENOMINACIÓN
Otra de las curiosidades es el origen de su nombre. Como ya sabéis los que habéis leído mis relatos anteriores, en el hemisferio sur no hay osos (salvo la excepción del oso de anteojos de Sudamérica) y oso en griego es Arctos; de este nombre se derivó el nombre de Arctic que se le dio a la zona del Polo Norte (sitio con osos) y por oposición (bien del territorio que estaba en el otro extremo del planeta o por la ausencia de los Arctos) surgió el nombre Antarctic.
HISTORIA
Debido a su aislamiento, lejanía con el resto de continentes y las difíciles condiciones de navegación que se dan en las aguas del Océano Antártico que la rodean (fortísimas corrientes, frecuentes tormentas y gran oleaje) La Antártida quedó sin descubrir con certeza hasta casi el siglo XX. No voy a pormenorizar aquí todas las expediciones que se organizaron buscando la denominada Terra Incognita que decían nuestros antepasados, pero sí voy a dar unas pinceladas de su historia.
Durante muchos siglos se consideró que tenía que haber una gran extensión de terreno en el hemisferio sur que compensara y equilibrara las tierras existentes en el hemisferio norte (si observáis un mapa mundi comprobaréis que la proporción es abrumadora a favor del norte). Este gran territorio que se suponía que existía al sur, se denominó Terra Incognita y así se reflejaba en los mapas, sin darle una forma específica.
Para poder descubrir este territorio se organizaron numerosas expediciones a lo largo de varios cientos de años, llenando el mar de restos de barcos y personas que perdieron su vida en el intento.
No está claro cuándo o quién la descubrió oficialmente, pues cuando la llegada a estas latitudes se hizo oficial, se descubrieron algunos restos de bases balleneras/foqueras (perdón por la licencia de este nombre inventado) cerca, por lo que se supone que ya habían estado por allí, aunque para evitar la competencia con otros balleneros/foqueros estuvieron calladitos y lo mantuvieron en secreto.
Una vez descubierta se comprobó que no era tan grande como se pensaba que debía ser, que iba a ser muy difícil de explotar y que las condiciones para habitarla no iban a ser fáciles.
Lo que es la tierra del continente solo está visible en algunas zonas de sus costas y en algunas montañas que sobresalen de la inmensa placa de hielo que la cubre, y esto en verano cuando el hielo retrocede. El resto del continente se encuentra bajo una capa de hielo y nieve que en algunos casos es de varios kilómetros de espesor.
Esta cantidad de agua dulce en forma sólida representa el 70 % de toda el agua dulce de nuestro planeta.
ICEBERGS TABULARES
La masa de hielo que rodea La Antártida no tiene la forma típica de la que se da en otras latitudes, hundiéndose en el agua circundante de forma recta y no como una pirámide de la que solo sobresale la punta que sabemos que tienen normalmente los icebergs (también se dan en La Antártida, pero estoy hablando de los tabulares, del latín tabula, mesa).
Cuando se desprenden estas grandes masas de hielo y forman los icebergs tabulares (alguno ha habido con un tamaño como Irlanda del Norte o algunas de nuestras provincias más grandes) tienen el 90 % aproximadamente hundido ya en el mar y caen de forma recta hacia el fondo, por lo que el que se deshielen no supone un gran problema en el tema del aumento del nivel del mar. Sí que presenta problemas en la navegación, pues cualquier barco que colisione con ellos lleva las de perder, eso sí, sin tener que preocuparse mucho (o no tanto) por lo que hay bajo el agua como le pasó al Titanic.
Estos icebergs van navegando por el Océano Antártico, desgajándose en diversos fragmentos más pequeños hasta quedar varados en alguna parte de la costa o desapareciendo en el agua marina.
FAUNA
La fauna de La Antártida no es muy numerosa en cuanto a número de especies, aunque sí bastante exclusiva.
Encontramos abundantes aves (albatros, petreles, pardelas, charranes, skúas), mamíferos marinos como los cetáceos (ballenas, orcas, delfines), o como los pinnípedos (focas de Weddell y leopardo, elefantes marinos, leones marinos) y los más famosos de todos, los pingüinos (también son aves, pero los pongo aparte porque queda mejor y así les doy la importancia que tienen en este territorio), dentro de los cuales hay dos que se consideran auténticamente antárticos como son los de Adelia y Emperador, aunque están presentes otras especies como son: papúa, barbijo, saltarrocas, rey o macaroni.
Por último y antes de emplazaros al siguiente capítulo de este apasionante relato, comentar que La Antártida está protegida por el Tratado Antártico, no pertenece a ningún país (se consideran zonas de influencia por la posición de los países más cercanos a cada zona), no está permitida su explotación comercial y no está permitido la construcción de asentamientos humanos con excepción de las bases de investigación científica (unas permanentes y otras solo de verano), de las que España tiene dos: Gabriel de Castilla y Rey Juan Carlos I.