CHILE, ATACAMA

SEGUNDA PARTE

El anfiteatro

Hola de nuevo queridos lectores. Después de nuestro paso por el Salar de Atacama y las Llanuras Altiplánicas, nos tocó descansar, dar un paseo por el pueblo y seguir dedicándonos al conocimiento de la gastronomía local, muy ligada a los camélidos de la zona: vicuña y llama.

Si os habéis perdido alguno de los post anteriores podéis verlos en la pestaña de POSTS. Podéis seguirnos en INSTAGRAM para no perderos ninguna actualización.

GÉISERES DEL TATIO

A la mañana siguiente nos levantamos con tiempo de sobra para desayunar y salir de madrugada hacia los géiseres del Tatio; cuando íbamos a desayunar nos encontramos con el guía que nos interpela un poco mosqueado preguntándonos que por qué no estábamos ya en el autobús; así que volvimos rápidamente a por las cosas y nos fuimos sin desayunar. Nos habían dado los horarios del invierno y acababan de cambiar, por lo que las horas de quedada eran una hora antes de lo que nosotros teníamos, así que por eso habíamos llegado tarde. Un poco mosqueados estaban el resto de los viajeros, pero poco podíamos hacer nosotros pues no había sido culpa nuestra.

Así pues, nos dirigimos hacia los géiseres para ver amanecer allí. Nosotros y una flota de autobuses y vehículos que también habían pensado hacer lo mismo; parecía la carrera de Mad Max cuando salen todos a proteger el combustible o la estampida de los colonos en la conquista del Oeste.

Gesiser del Tatio, Atacama
Geiser del Tatio

Los géiseres eran bastante chulos y con el frío que hacía se veía mucho mejor el vapor de agua que expulsan.

También había numerosas aves como la gaviota andina (Larus serranus), el churrín del norte (Scytalpous magellanicus) y el cometocino de dorso castaño (Phrygilus dorsalis).

Después nos dirigimos al poblado de Machuca. Aquí, además de tomar una empanadilla local muy buena, comprobamos que subir una simple escalinata para ver una ermita te deja bastante agotado a esta altitud.

Gaviota Andina
Gaviota Andina
Cometocino de Gay
Cometocino
Churrin del norte
Churrín del norte

En el camino de vuelta hacia San Pedro pudimos observar numerosas aves bastante curiosas: piuquén o ganso andino (Chloephaga melanoptera), tagua gigante (Fulica gigantea), pato puna (Anas puna) y numerosos flamencos y parinas. También pudimos ver a uno de los roedores más grandes que existen, la vizcacha (Lagidium viscacia).

Tagua Gigante
Tagua gigante
Vizcacha
Vizcacha
Piuquén
Piuquén

VALLE DE LA LUNA, VALLE DE MARTE

Ya por la tarde visitamos dos de los valles más áridos de Atacama, donde los fenómenos meteorológicos han modelado la piedra creando diversas formas.

En el valle de la Luna, encontramos el Anfiteatro, las 3 Hermanas y muchas más. Impresiona bastante caminar por estos parajes en los que el sol cae a plomo y donde la sombra es algo de lo que has oído hablar, pero no aparece por ningún sitio y donde solo escuchas el sonido de tus pisadas entre el silencio absoluto (solo roto por las pisadas del resto de turistas).

A la entrada del valle hay una duna de unos cuantos metros de altura y a la que, por supuesto, subimos. La vista desde la cima es espectacular y merece la pena el esfuerzo de subir a pleno sol.

Las 3 hermanas
Las 3 Hermanas
Atacama
El anfiteatro
El anfiteatro

Ya de vuelta a San Pedro visitamos el valle de Marte (otros le llaman de la Muerte porque mucha vida desde luego no se ve). Es mucho más pedregoso y con menos presencia de arena y el anochecer desde la cima de uno de sus montes es uno de los espectáculos que no puede faltar en tu visita a Atacama. Supongo que se lo habrían dicho a todos, porque no faltaba nadie y había más gente que en el centro de Madrid en Navidad. DE todas formas, hay sitio de sobra y se disfruta sin problemas, solo hay que buscar un buen sitio y esperar a que nuestro astro rey vaya descendiendo lentamente por los paredones del fondo.

Duna, Atacama

VALLE DEL ARCO IRIS

El día de nuestra partida teníamos la mañana libre y decidimos visitar otro de los valles de la Reserva, el del Arco Iris, y fue una de las mejores decisiones que podíamos tomar.

Fue una visita solo con la guía y nosotros dos y el paisaje era espectacular.

En las diferentes partes del valle se mezclan rocas de diferentes colores formando una paleta muy vistosa.

Valle del Arco Iris
Valle del arco iris
Valle del arco iris
Valle del arco iris
LLamas
Valle del arco iris

Además, pudimos ver varias llamas (Llama glama) que, aunque están en libertad, son una especie doméstica. Entre varios adultos pudimos ver una cría totalmente negra, excepto los pies que eran blancos y parecía que llevaba calcetines (ya sabéis de esos calcetines blancos de vestir que son tan elegantes y de buen gusto).

Después de esta grata extensión, abandonamos Atacama y volvimos a Santiago en avión dónde decidimos cenar otra vez en nuestro sitio de ceviche de salmón y pisco sour. La camarera ya empezaba a conocernos.

Llama
Llama

CAJÓN DEL MAIPO

En la planificación del viaje habíamos dejado un día para poder acercarnos a la zona del Aconcagua, pero las excursiones disponibles eran un poco largas para hacerlas en un solo día y decidimos visitar otra zona de los Andes cercana a Santiago: el Cajón del Maipo.

Es una excursión muy bonita por los valles cercanos a los Andes y sus poblados de estilo alemán. Muchos emigraron a esta zona en diversas épocas y hay una gran población de origen alemán; de hecho, hay una gran cantidad de cervecerías con muy buena cerveza como pudimos comprobar en varias ocasiones.

La excursión termina en una ascensión suave al Cajón del Maipo.

Este lugar es una laguna encajonada (igual de ahí le viene el nombre) entre grandes montañas que preludian la grandiosidad de los cercamos Andes.

Cajón del Maipo
Cajón del Maipo

SANTIAGO DE CHILE

En esta ocasión tuvimos algo más de tiempo para pasear por esta agradable ciudad y recorrimos varias de las zonas del centro: unos estupendos parques, el Palacio de la Moneda (tristemente famoso por el asalto de las tropas del siniestro Pinochet para derrocar al presidente electo Salvador Allende), la zona peatonal del centro, etc. Hasta pudimos observar una celebración de la Armada chilena en un parque.

Mucho más tiempo no tuvimos, incluso fuimos a buscar una cervecería donde había cientos de cervezas artesanas e internacionales, pero no pudimos llegar (el inconveniente de hacerlo todo andando) y nos volvimos al hotel, pues Pepe había quedado con un antiguo compañero de trabajo ahora destinado allí y yo comí con mi sobrina Ana, además de degustar un pisco sour en la terraza del hotel, pues cada vez que llegábamos nos invitaban y no era cuestión de rechazarlos y ofenderles.

Atacama atardecer
Valle de la muerte

Ya estábamos preparados para la segunda parte de nuestro viaje, la visita a una de las islas más aisladas del mundo (parece que es la isla habitada más alejada de cualquier otra zona habitada), Rapa Nui, pero esto ya lo dejo para el siguiente post, que si no queda muy largo.

Así que me despido queridos lectores hasta la próxima entrega de este maravilloso viaje.

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